No soy de esas niñas que salen todo los fines de semana, antes salía casi todos los viernes, me parecía entretenido bailar, jugar y pasarla bien con mis amigos. Un día comencé a preguntarme que tenía un carrete y que tenía una noche en casa.
Al principio me pareció bueno poder salir, pero cuando comencé a bajar las notas mi mamá me quitó el permiso, y por lo mismo me alejé de mi familia.
Creo que una fiesta no es mala siempre y cuando no sea en exceso.
Esperaba el fin de semana con ganas, ahora me doy cuenta que lo paso mejor con mi familia.
Lo malo de no salir es que cuando veo a mis amigas me cuentan lo bien que lo pasan y siento rabia de no haber estado con ellas, pero ahora comparto con mi familia, y eso es lo más importante.
No he dejado a mis amigas de lado porque las veo en la tarde y la verdad es que me siento feliz de no tener la necesidad de una fiesta.
Aún tengo amigos que salen y toman, me dan pena porque cuando les cuentan lo que hicieron es como si les hablaran de otras personas.
Al principio me pareció bueno poder salir, pero cuando comencé a bajar las notas mi mamá me quitó el permiso, y por lo mismo me alejé de mi familia.
Creo que una fiesta no es mala siempre y cuando no sea en exceso.
Esperaba el fin de semana con ganas, ahora me doy cuenta que lo paso mejor con mi familia.
Lo malo de no salir es que cuando veo a mis amigas me cuentan lo bien que lo pasan y siento rabia de no haber estado con ellas, pero ahora comparto con mi familia, y eso es lo más importante.
No he dejado a mis amigas de lado porque las veo en la tarde y la verdad es que me siento feliz de no tener la necesidad de una fiesta.
Aún tengo amigos que salen y toman, me dan pena porque cuando les cuentan lo que hicieron es como si les hablaran de otras personas.
Sofía Ramos, 8º B
Jueves 24 de junio del 2010. Artículo de opinión
Jueves 24 de junio del 2010. Artículo de opinión
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